Republicado del 2007 con mejor traducción del francés
SOCIÉTÉ DE GÉOGRAPHIE - JUIN 1860.
ÉTUDES GÉOGRAPHIQUES SUR LE MEXIQUE.
De San Andrés a Catemaco, la carretera es bonita y agradable; ni pavimenta ni asfaltada, pero casi por todas partes el suelo es muy firme, y tan igual que a pocos gastos se podría volverla consustancial a los coches. Los lugares que lo embellecen todos se deben a la pródiga naturaleza. Este camino se confina de un grueso césped, y a la derecha y a la izquierda son los paisajes más variados: aquí una avenida de grandes árboles de los que las ramas entrelazadas forman una bóveda impenetrable a los rayos solares, y de ahí descienden una multitud de bejucos adornados de flores blancas, azules y grisáceas.
Más lejos se descubre un curioso panorama cuyo primer plan es un extenso campo de cañas de de azucar, que se extiende hacia distintas colinas enselvadas, pées por distintos arroyos fértiles, y que se eleva insensiblemente hasta el pie del volcán llamado el San Martin quien se percibe a lejos, y durante las tres leguas que separan a Catemaco de San Andrés.
Catemaco es un bonito burgo de cerca de mil de habitantes, situado al este de - Andrés san, sobre los bordes de la laguna que lleva su nombre, y que proporciona a pescado en abundancia.
Las principales ramas de cultivo consisten en maíz, judías negras de una calidad superior, en algodón, cañas de azucar, del tabaco de una buena calidad y varios otros productos de los trópicos; se elevan también con éxito a los ganados. La situación de este burgo es la la más pintoresca: el viajero que llega a Catemaco por el camino de San Andrés descubre sus extensos llanos cubiertos con verdor, y sus campos fértiles, y su gran lago que aparece como un pequeño mar.
Catemaco posee una elegante iglesia bajo la invocación de Notre-Dame-du-Mont-Carmel, su jefa, donde concourrent frecuentemente los habitantes de San Andrés y sus alrededores que se vuelven en peregrinaje o en parte de placer. Se cuentan por otro lado algunas bonitas casas en piedras, el mayor número en madera, y por todas partes se observa la extrema limpieza de los que los viven.
La laguna de Catemaco, habitada por innumerables sauriens, tiene alrededor de diez leguas de vuelta, siguiendo la curva más regular, ya que su figura dista mucho de serlo; es mucho más amplia en su parte septentrional, y su longitud es de cerca de cuatro leguas.
Se rodea este pequeño lago se sitúa en cuanto a una cadena de montañas, y con una muralla de rocas que se extienden hasta San-Pedro-Soteapa. Su mayor profundidad es de 35 metros, y al medio varias pequeñas islas surgen a la superficie. Se se encuentra a pescado en abundancia, principalmente una especie de sardina llamada en el país go que forma una rama de comercio bastante lucrativa con las poblaciones del interior, principalmente con la ciudad de Oaxaca. Sus aguas se pasan en el río de Songotoacan que pasa al sur de San Andrés, reciben varios otros pequeños ríos, y se lanza al mar a Alvarado, el punto principal de reunión de las numerosas aguas que fertilizan esta parte de la costa del departamento de Veracruz.
Se supone que este lago, así como los montones de agua de los alrededores, fueron formados por los volcanes que tienen varias veces trastornado este territorio. Lo que hay de determinado, es que Catemaco y su campaña poseen una riqueza en este lago que, con el tiempo, podría convertirse en una fuente de prosperidad para todo el país, volviéndose un puerto marítimo, ya que sería posible unir sus aguas a las de la laguna de Cantecomapan que comunica con el mar, y solo es separada de ocho leguas. Existe sobre la orilla derecha de este lago un arroyo cuya agua cristalina acidulada le da el gusto de la crema de sarro; mezclada con azúcar, se obtiene una limonada excelente y muy refrescante. Esta parte es muy rural y se puebla de caimanes enormes que salen a menudo del agua y se descansan al sol.
Se se observa también una bonita planta acuática de la clase Vallisneria cuyas raíces se ligan en el fondo de las aguas, y los troncos suben en espirales a la superficie, y lo cubren con sus amplias hojas y con sus flores violetas y yemas de huevo con forma de bálanos, para ofrecer a la vista un gran jardín en medio de las aguas.
Catemaco es verdaderamente un lugar de recreo para los habitantes de San Andrés, que lo visitan en el mes de julio para tomar baños, hay distracciones, ya que este tiempo de los baños es también el de las fiestas, de los paseos, de los bailes y entretenimientos de todas las clases de los que la feria que tiene lugar entonces aumenta la ayuda.