Aparte de pasar por el paisaje inexplorado de Los Tuxtlas en un Hummer con clima, la mejor manera de ver este paraíso, casi destruido, es en una avioneta.
En los ultimos dias, entre frentes frios del norte y vientos del sur, se levantó casi todo el humo que es tan prevalente en Los Tuxtlas y produjo unos dias tan claros que te permiten ver el otro fin del mundo.
Pablo, el dueño del Hotel Prashanti, ofresce vuelos en su Cessna 150 en tarifas muy economicas. Estoy rogandole de volarme sobre los volcanes para tomar fotos por varios meses. Desafortunadadamente es tan ocupado con otros negocios en el DF, que no tiene tiempo para volar.
Voy a quitar su poster y comprar me alas como el griego Ïcaro.